LA REVISTA, Radio Santa María de Coyhaique | 28.03.2024
Mauricio Aguilera López, Ingeniero Agrónomo – Consultor Desarrollo Territorial
Profundizando sobre el vínculo entre la leña, la contaminación ambiental por PM2,5 y cáncer en el sur de Chile, junto a Manuel Iduarte conductor de la La Revista de Radio Santa María.
En conexión con el post sobre Leña, el calor del sur:¿Respirar cáncer?.
En esta sesión de La Revista de Radio Santa María, la discusión se centró en torno a la calidad del aire en Coyhaique y las implicancias de la contaminación ambiental como crisis de salud pública que afecta a la ciudad, reconocida como una de las más contaminadas de Latinoamérica. El foco principal de la conversación giró en torno al material particulado fino (PM 2.5), un componente altamente dañino del aire contaminado que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es cancerígeno y tiene efectos acumulativos en la salud humana.
Material particulado PM 2.5 y sus efectos
El análisis de la calidad del aire en Coyhaique se enfoca en el PM 2.5, pequeñas partículas que no solo afectan el sistema respiratorio sino que también pueden ingresar al torrente sanguíneo lo que provoca efectos cardiovasculares y aumenta el riesgo de cáncer. De acuerdo con la OMS, el nivel máximo recomendado para una exposición segura al PM 2.5 es de 10 microgramos por metro cúbico. Sin embargo, en Coyhaique, durante los meses de invierno los niveles de este contaminante exceden con frecuencia ese umbral alcanzando valores mucho más altos.
En días críticos, la concentración de PM 2.5 en Coyhaique puede superar los 170 microgramos por metro cúbico, lo que clasifica la situación como una “emergencia” según los estándares chilenos. Durante los inviernos, esta realidad es persistente con más de 40 o 50 días en niveles que superan la norma nacional, y un total aproximado de entre 180 y 200 días en condiciones que no cumplen los estándares de la OMS. Estos niveles de contaminación tienen un impacto directo en la salud pública, afectando especialmente a personas mayores, niños y aquellos con enfermedades respiratorias crónicas.
La dependencia de la leña y el dilema energético
Una de las principales causas de la elevada contaminación en Coyhaique es la dependencia de la leña como fuente de calefacción. Este recurso, ampliamente utilizado debido a su bajo costo pero que por otro lado genera grandes cantidades de material particulado al ser quemado, especialmente en condiciones de combustión ineficiente. A pesar de la implementación de programas de recambio de calefactores y esfuerzos por mejorar el aislamiento térmico de las viviendas, la región sigue enfrentando desafíos importantes.
El uso de leña no solo genera contaminación del aire sino que también contribuye a la degradación de los bosques nativos cercanos, ya que el suministro proviene, en su mayoría, de la tala de estos bosques. Este problema tiene un doble impacto: por un lado, la pérdida de biodiversidad y biomasa forestal, y por otro, la presión sobre los ecosistemas que actúan como sumideros de carbono cruciales para la mitigación del cambio climático pero también vinculados a la provisión de servicios ecosistémicos clave para los habitantes de Aysén.
Alternativas energéticas y costos
Se destaca también la necesidad de explorar alternativas energéticas más limpias y eficientes para reemplazar la leña. Se discutió el uso del pellet como una opción más sostenible. Sin embargo, a pesar de ser más eficiente y menos contaminante el pellet representa un costo más elevado para las familias en comparación con la leña. Mientras que el costo promedio de la leña en Coyhaique puede rondar los 50,000 pesos por metro cúbico, el uso de pellet puede triplicar los gastos anuales de calefacción, lo que lo convierte en una opción prohibitiva para muchas personas.
Además, se planteó que la transición hacia sistemas eléctricos de calefacción podría ser una solución viable en el mediano plazo especialmente si se complementa con mejoras en el aislamiento térmico de las viviendas. Sin embargo, esta opción también enfrenta barreras económicas ya que el costo de la electricidad sigue siendo elevado, y la infraestructura energética actual no está preparada para soportar un aumento en la demanda de electricidad para calefacción.
Reducción de los episodios críticos y avances recientes
A pesar de la gravedad de la situación, la conversación reveló que ha habido una ligera mejora en la cantidad de días críticos en Coyhaique en los últimos años. Por ejemplo, en 2016, la ciudad registró más de 90 días en alerta por contaminación del aire, mientras que en 2023, este número disminuyó a aproximadamente 60 días. Esta reducción puede atribuirse en parte a las políticas de recambio de calefactores y al aumento en la eficiencia de las viviendas, aunque la ciudad sigue lejos de cumplir los estándares recomendados por la OMS.
Una observación importante es que, aunque el número de días en situación de emergencia ha disminuido, la calidad del aire sigue siendo peligrosa.
Aún así, las mejoras han sido insuficientes para llevar los niveles de material particulado a un rango que no represente un riesgo significativo para la salud. De hecho, se estima que la ciudad aún experimenta más de 200 días al año con niveles de PM 2.5 superiores a lo recomendado.
Incentivos económicos y estructura del mercado energético
También se evidencia la falta de incentivos para las empresas eléctricas locales a invertir en mejoras de infraestructura que permitirían una mayor adopción de sistemas eléctricos de calefacción. En el actual modelo económico, las empresas privadas que gestionan la generación, transmisión y distribución de energía no encuentran beneficios claros en la transición hacia fuentes de energía más limpias o en mejorar la infraestructura para soportar un aumento en la demanda eléctrica. Esto se debe en parte a la rentabilidad garantizada por el Estado para estas empresas, lo que desalienta la inversión en tecnologías más sostenibles como la energía solar o eólica.
Además, se mencionó la paradoja de que las empresas eléctricas en la región, que operan con subsidios estatales y generadores a diésel, continúan utilizando combustibles fósiles en lugar de apostar por energías renovables. Esto se suma a la complejidad del problema, ya que la infraestructura actual no está diseñada para soportar un incremento en el uso de energía eléctrica para calefacción a gran escala.
Consideraciones finales
La calidad del aire en Coyhaique representa un desafío multidimensional que abarca desde la contaminación del aire y sus efectos en la salud, hasta la crisis energética y la dependencia de la leña. Aunque ha habido avances en la reducción de los días críticos de contaminación, estos son insuficientes para garantizar un ambiente saludable y seguro para los habitantes de la región.
La discusión también expuso la necesidad de una transición hacia sistemas de calefacción más limpios y eficientes, como el pellet o la electricidad, aunque estas soluciones aún presentan barreras económicas y logísticas. Para que esta transición sea posible, será esencial que el Estado y las empresas privadas colaboren en la creación de incentivos económicos y en la mejora de la infraestructura energética.
Finalmente, queda claro que cualquier solución deberá tener en cuenta no solo la urgencia de la crisis climática y los efectos de la contaminación en la salud pública, sino también la realidad socioeconómica de la región donde muchas familias dependen de fuentes de calefacción accesibles, aunque sean perjudiciales para su bienestar a largo plazo. La sostenibilidad energética y la salud pública deben ser prioridades en las políticas futuras, no solo en Coyhaique, sino en todo el sur de Chile, donde la dependencia de la leña es un problema común el que también arrastra a los ecosistemas forestales.